Viaja de la ciudad al campo en muy poco tiempo. Sal de Vancouver, una ciudad pintoresca y culturalmente vibrante que está a orillas del Océano Pacífico. Recorre el malecón pavimentado de Seawall rodea a Stanley Park con vistas al Puente Lions Gate. Este pintoresco puente cruza la Ensenada de Burrard, un fiordo poco profundo y una concurrida zona portuaria, en dirección a las montañas de la costa norte de Vancouver. Desde aquí, viaja hacia el norte por la autopista Sea-to-Sky Highway 99 y admira los impresionantes panoramas del océano y las montañas de la ensenada Howe Sound, una biósfera declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO, así como sus pequeñas islas.
Si lo que te gusta es la naturaleza, las mecas para las actividades recreativas de Squamish y Whistler te dan la bienvenida a las tierras de cultivo del Valle de Pemberton. La carretera del Lago Duffey, que se bifurca hacia el noreste pasando el Lago Lillooet, destaca no solo por sus paisajes, lagos y avistamientos de fauna (como cabras montesas en las crestas o grandes garzas azules en los lagos), sino también por su historia durante la Fiebre del Oro, cuando los buscadores de oro y los suministros pasaban por la difícil ruta de Cayoosh Pass a lo largo de este tramo.
Al llegar a Lillooet, una de las ciudades más antiguas de la provincia, se hace evidente el legado de la Fiebre del Oro de la Columbia Británica que comenzó en 1858. Visita el museo Lillooet Museum y aprende sobre la Fiebre del Oro del Río Fraser y la exploración de la zona. Admira las artesanías tales como cestas tradicionales y abalorios elaborados por el pueblo St’át’imc. Quienes gustan de la historia pueden profundizar aún más en la excursión a pie de Golden Miles of History, o ir aún más lejos por la ruta de Gold Rush Trail.