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Sicamous Lookout | Darren Robinson/Shuswap Tourism

HAZ UN RECORRIDO POR LAS RICAS REGIONES DE LA COLUMBIA BRITÁNICA

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Mirador de Sicamous | Darren Robinson/Shuswap Tourism

En la Columbia Británica, la comida nos conecta con la tierra, con el momento, con nuestra sensación de bienestar: nutre nuestras almas y nuestros cuerpos. Los ingredientes llegan a la mesa del chef no solo de una granja, sino de los bosques y los campos, de los ríos y del océano, y de las montañas nevadas y las praderas azotadas por el viento.

Aquí, la naturaleza ofrece sabores que solamente pueden provenir de nuestro lugar, que es único en el mundo, inspirando gastronomías sanas y auténticas, enraizadas en el tiempo y el lugar, y que muestran la geografía y el clima característicos de cada región.

Como dice Warren Barr, el chef propietario de Pluvio Restaurant + Rooms en Ucluelet: “La comida debe tener el sabor y la sensación del lugar en el que estamos, y en cualquier lugar de la Columbia Británica en el que comas, descubrirás que realmente así es”.

Nota: Este artículo (publicado originalmente en febrero de 2020) fue actualizado específicamente para las circunstancias únicas de un viaje en 2021. La información es precisa en el momento de la publicación; te recomendamos que te pongas en contacto directamente con los establecimientos para confirmar su disponibilidad y familiarizarte con sus políticas de COVID.

Vancouver, la Costa y las Montañas: Nace una filosofía gastronómica

Tras serpentear unos 1375 kilómetros desde las Montañas Rocosas, el Río Fraser desemboca en el Estrecho de Georgia a través de un amplio y fértil delta que alberga a granjas de frutas, verduras y productos lácteos, así como a la mayor parte de la población de la provincia. Con tanta abundancia a sus puertas, no es de extrañar que Vancouver, la ciudad más grande de la Columbia Británica, se haya convertido líder del “locavorismo”.

Andrea Carlson, chef propietaria de la hiperlocal Burdock & Co. de Main Street, cree realmente en esto.

 

 

“El paisaje me inspira por su proximidad al océano y su suave ambiente costero”.

Carlson también creó el primer menú de 100 millas del restaurante Raincity Grill en 2006, y lleva mucho tiempo encontrando poesía en los ingredientes locales: “El fondo de bosques costeros exhala la fragancia de abetos y piceas, cuyas puntas cosechamos para usarlas. Las rosas silvestres de Nootka que se cuecen a la luz del sol perfuman el aire y nos inspiran para mezclarlas con las mieles. Más allá de los rosales, el rocío del océano está vivo con la salmuera y el yodo que despiertan el gusto por las algas y los regalos del mar”.

Son estos regalos de la naturaleza los que llegan a los menús de los restaurantes de toda la ciudad, como el sushi sostenible de Miku, el pescado con mantequilla del restaurante de lujo Bluewater Café y el bacalao rebozado acompañado de papas a la francesa del crujiente cod ‘n’ chips del restaurante informal Popina Canteen de Granville Island. Estos regalos también han impulsado el creciente número de restaurantes vegetarianos y veganos de la ciudad, como el restaurante informal Beetbox del West End y el más exclusivo The Acorn de Mount Pleasant.

Granja North Arm en Pemberton

Mientras tanto, en el Corredor Sea-to-Sky, el chef James Walt ha sido por mucho tiempo pionero en la obtención de ingredientes locales para los dos restaurantes que supervisa en Whistler: Araxi e Il Caminetto, y sigue inspirándose en el esplendor natural de la región.

“Tenemos tres hermosos valles, mariscos increíbles, frutas y verduras espectaculares y una región vinícola que evoluciona a un ritmo impresionante… Para mí, no hay nada mejor: estamos literalmente muy consentidos”.

De hecho, Walt fue el primero en servir carne de reses criadas éticamente en Pemberton, la misma ciudad montañesa famosa por sus papas. De hecho, las papas de la región compiten con las de Perú como algunas de las mejores del mundo, y también está el galardonado vodka creado por Tyler Schramm en Pemberton Distillery, así como el orgullosamente local Hardbite Chips.

La Isla de Vancouver: Disfrutando de la agreste naturaleza

Este es un lugar donde la comida crece de manera silvestre. En la larga y estrecha Isla de Vancouver y en los archipiélagos dispersos entre su costa rocosa y el continente, el clima es tan suave y cálido, y el suelo tan fértil y frondoso, que aquí crece todo, desde el Pinot Noir y las aceitunas hasta los cítricos y el té. No es de extrañar que los chefs locales, como Jesse McLeery de Pilgrimme en la Isla de Galiano, o Nick Nutting de Wolf in the Fog de Tofino, pasen casi tanto tiempo buscando ingredientes en los bosques y en la playa como el tiempo que pasan en la cocina.

Justo al final de la carretera de Tofino, en Ucluelet, el remoto poblado de la península rocosa que se adentra en el estrecho de Barkley Sound, el chef Warren Barr de Pluvio busca moras, setas, algas marinas, puntas de abeto y rosas de Nootka, teniendo cuidado, por supuesto, de hacerlo de manera sostenible para no dañar la sensible ecología del lugar. Él capta la esencia de su comunidad en platillos, como el atún blanco a la tártara “servido con una galleta salada grande y nudosa, que se siente como la costa de aquí” o las moras silvestres transformadas en vinagre que le dan ese sabor local a las ensaladas durante todo el año.

“Queremos asegurarnos de que la comida que creamos sea comida de aquí. Es lo apropiado para la Costa Oeste, y lo apropiado para Ucluelet”.

Cowichan y el Sur de la Isla de Vancouver | Ben Giesbrecht

Esta visión se refleja en los restaurantes de toda la isla, incluyendo los de Victoria, la capital de la provincia. Situada en el extremo sur de la isla, Victoria está rodeada de productores como Fox Glove Farms y Saanich Organics, cuyos ingredientes figuran en los menús de notables restaurantes de la ciudad dedicados a cocinar con ingredientes provenientes directamente de las granjas, como el Olo Restaurant de Brad Holmes y Nourish Kitchen & Cafe de Hayley Rosenberg. Las almejas, las ostras y los tiernos mejillones del Outlandish Shellfish Guild también figuran en las sopas y bandejas de mariscos de muchos menús de la isla, y los restaurantes sirven selecciones artesanales de propietarios cercanos, como Merridale Cidery & Distillery del Valle de Cowichan y Sea Cider Farm de Saanich.

 

"Queremos asegurarnos de que la comida que creamos es sea de aquí... Hemos intentado no perder de vista ese elemento agreste".- CHEF WARREN BARR, PLUVIO EN UCLULET

Thompson Okanagan: Valles soleados y fértiles

Los valles de Thompson y Okanagan fueron creados en parte por la actividad glaciar que dejó tras de sí suelos fértiles, un terreno único y dos escenas culinarias muy diferentes en esta región tan diversa. (También es el primer destino de Norteamérica en recibir la certificación de turismo sostenible de Biosphere International y el Responsible Tourism Institute).

Thompson es un lugar de ranchos ganaderos, praderas y lagos llenos de truchas, así como de una floreciente cultura indígena que cada año lleva a cabo el Kamloopa Powwow, una espectacular celebración del patrimonio del pueblo Secwepemc en la que hay relatos, canciones y bailes con trajes tradicionales. Okanagan es tierra de vinos, huertos y playas, donde se encuentran dos tercios de las 280 bodegas de uva con licencia de la provincia y el 84% de sus terrenos para viñedos.

Pero aquí hay mucho más que Riesling y Syrah, y es por eso que tantos chefs con talento se están trasladando a la región. Los buscadores de ingredientes naturales llegan a la puerta de la cocina con espárragos silvestres y setas. Los agricultores llegan con cajas de tomates, pimientos, ciruelas, melones, cerezas y manzanas, unas veinte variedades de estas. Hay productores de miel y quesos, un agricultor que cultiva setas y otro que cría salvelinos en sus tanques de la localidad de Oliver.

“Incluso con el invierno, sigues teniendo verduras frescas”, dice Murray MacDonald, chef ejecutivo de The Bear, the Fish, the Root & the Berry, el restaurante de inspiración indígena del Spirit Ridge Resort de Osoyoos.

 

“Lo que traen los agricultores me deja boquiabierto”.

Pero sobre todo, MacDonald trata de utilizar lo que se origina de esta tierra y de la cultura de la gente que ha vivido aquí durante miles de años. “En la orilla del lago hay moras, puntas de abeto y escaramujos silvestres para hacer mermelada de escaramujo. Al venir aquí, siento una energía positiva, feliz y espiritual”.

Viñedo Tinhorn Creek en Oliver | Andrew Strain

La abundancia de las zonas más septentrionales de la región también inspira a Chris Whittaker, el chef ejecutivo de Quaaout Lodge & Spa, de propiedad indígena, en el Lago Little Shuswap. Él es originario de Ontario y vino al oeste por el marisco, pero encontró muchas cosas más.

También atesora la conexión que ha establecido con el lugar cocinando en Vancouver, viajando por la provincia, probando todo lo que ofrece, y más recientemente, mudándose a Shuswap, donde caza, pesca, cocina y cría a su joven familia.

“El hecho de ser un ávido amante de las actividades al aire libre y vivir en el Shuswap me ha conectado aún más con lo que significa ser un chef y ser un habitante de la Columbia Británica”.

Los últimos 20 años han mostrado a Whittaker la diversidad de la provincia y la conexión con el lugar que ofrece. “La Columbia Británica es muy rica en paisajes, regiones de cultivo, alimentos silvestres y gente apasionada que los cultiva y cosecha”, afirmó. “No sólo la región es rica en estas bondades, sino que nunca me he sentido más en casa”, dijo, refiriéndose a Shuswap. “Somos únicos y tenemos historias increíbles que contar”.

Norte de la Columbia Británica: Sabores de tradiciones, antiguas y nuevas

El norte de la provincia es una tierra vasta y silvestre, (para comparar, piense que es más grande que California), que se extiende desde el archipiélago de Haida Gwaii en el oeste hasta las granjas de grano y ganado del Valle de Peace River en el este, y desde la frontera con Yukón/Alaska en el norte hasta la ciudad de Prince George en el sur.

Durante milenios, los pueblos indígenas han vivido en los valles glaciares del norte, las imponentes cordilleras y la costa envuelta en la niebla, cocinando lo que la tierra y el mar les brindan. Los visitantes que estén ávidos de probar sus tradiciones pueden dirigirse a Skidegate, en Haida Gwaii, donde la chef Keenawaii (Roberta Olson) recibe a los huéspedes en su casa para disfrutar de alimentos tradicionales haida como el sguu (algas secas), el K’aaw (huevos de arenque sobre algas), el salmón ahumado, el venado y las moras silvestres.

Puerto de Cow Bay, en Prince Rupert | Andrew Strain

Los sabores de la naturaleza también se hacen presentes en la creciente escena de restaurantes en comunidades en auge, como Smithers, Fort St. John y, especialmente, la ciudad portuaria de Prince Rupert, puerta de entrada al Santuario de Grizzlys Khutzeymateen. El barrio de Cow Bay de Prince Rupert luce el encanto de sus tiendas y restaurantes, como el Waterfront Restaurant del Crest Hotel (se recomienda a los visitantes que prueben el salmón silvestre de la Costa Norte).

Ahí también se encuentra el Fukasaku, el primer restaurante de sushi de la Columbia Británica certificado al 100% por el programa de sostenibilidad de los mariscos Ocean Wise del Acuario de Vancouver. El chef propietario Dai Fukasaku solo utiliza mariscos locales de temporada, servido con wasabi de la isla de Vancouver, sake de Vancouver y cerveza artesanal local. Como lo sabían los antepasados, y lo están descubriendo los chefs de hoy, la tierra y el mar nos proporcionarán el alimento que necesitamos, pero siempre que lo cuidemos.

"De lo que se trata es de ser paciente, aprender y escuchar las estaciones, volver a conectarte con el conocimiento y la conciencia, simplemente buscar en la abundancia de nuestro patio trasero..."- CHEF JOSH MATESCHITZ, PITCHFORK EATERY EN NELSON

Las Rocosas de Kootenay: Perspectivas culinarias moldeadas por la historia

El rincón montañoso de la esquina sureste de la Columbia Británica es una tierra de aventuras, y eso se aplica tanto a la gastronomía como al senderismo, el esquí y el ciclismo en esas imponentes cumbres.

Entre las cuatro cadenas montañosas hay lagos cristalinos y valles fértiles en los que se cultivan frutas dulces (y alguno que otro cultivo comercial ya no tan secreto), y que han sido tanto un lugar de refugio (para los dujoborys y quienes evadían el reclutamiento militar) como de internamiento (para los canadienses-japoneses durante la Segunda Guerra Mundial).

La historia de la región, combinada con su silvestre lejanía, la han convertido en un lugar de compasión (razón por la que muchas comunidades asumido la seguridad de los alimentos como parte de su mandato), con una actitud abierta a nuevos sabores, ideas y gastronomías.

 

Nelson | Kari Medig

Ese enfoque abierto al mundo en cuanto a la comida es el que el chef Josh Mateschitz y la sous chef Thalia Thiessen siguen para cocinar en Pitchfork Eatery, en Nelson. Aunque sus platillos tienen influencias de Marruecos, Asia y Francia, ellos se abastecen de ingredientes de productores locales siempre que es posible, y a menudo directamente de su propia granja de vegetales.

Como chef, la visión de Mateschitz es muy sencilla: “Mi inspiración tiene sus raíces en la calidad y el sabor de los ingredientes. Esto significa que debo utilizar los alimentos que me rodean, que provienen de mi propio hogar”.

“Hay algo sano y especial en los alimentos que provienen directamente de nuestra tierra, que se han criado en nuestras tierras, que se han extraído de nuestros bosques, que se han capturado en nuestras aguas”, afirmó. “Esto habla del lugar de donde venimos. Es la manera más auténtica de cuidar y asumir un compromiso con nuestro entorno y nuestro estilo de vida”. Y “Cuando hacemos esto”, añadió, “parece que todo lo demás funcionará por sí solo. Es una armonía que se construye entre agricultores, dueños de negocios, familias, la tierra y las estaciones. Los beneficios son abundantes, y siempre valen la pena”.

“De la tierra al plato en un solo día. Para mí, eso define la salud, la nutrición y el bienestar”.

Costa de Cariboo Chilcotin: campo silvestre, comida silvestre  

Desde los neblinosos fiordos del Bosque del Gran Oso hasta las doradas mesetas de las tierras de los ranchos, y desde el Sendero de la Fiebre del Oro hasta los dentados picos de las montañas de Cariboo: esta es una tierra silvestre. Las aguas son ricas en truchas y salmones, los campos en ganado y grano, los bosques en moras, setas, puntas de abeto y jarabe de abedul.

Los pequeños pueblos mineros aún salpican la ruta histórica que siguieron los buscadores de la Fiebre del Oro en la década de 1860, y los ranchos de ganado se extienden por las praderas que los rodean. Los vaqueros y las estampidas siguen siendo una orgullosa tradición aquí. Los ranchos para huéspedes ofrecen a los citadinos una tranquila escapada del ajetreo de la vida cotidiana, donde el aire puro de la pradera nutre el alma, y el cuerpo se alimenta con comidas sanas hechas con ingredientes silvestres.

Echo Valley Ranch & Spa | Blake Jorgenson

Tal vez ningún lugar combine lo espiritual y lo físico como Echo Valley Ranch & Spa, un lugar en el que el oriente se encuentra con el occidente, la cultura vaquera con la tailandesa, en un entorno natural insuperable. El rancho, propiedad de Norm y Nan Dove, se alza a 1500 metros de altura, en las montañas Cariboo, y sus cuatro microclimas lo convierten en uno de los lugares más privilegiados en lo que respecta a los alimentos silvestres de la Columbia Británica.

Aquí, los huéspedes pueden montar en los caballos del rancho y reunirse después con los vaqueros para disfrutar de una parrillada al estilo occidental, que puede incluir cordero con aroma a romero cocinado al aire libre, salmón que todavía había saltado en las aguas cercanas poco antes, carne de res de su propio ganado y ensaladas hechas con las verduras que crecen de manera silvestre en la propiedad o que maduran en el invernadero. Los tradicionales postres s’mores están siempre en el menú, por supuesto, y el vino de Fort Berens Estate Winery en la cercana ciudad de Lillooet acompaña al festín de manera muy satisfactoria. Y luego, para algo totalmente único, pero que de alguna manera encaja perfectamente en este mágico lugar, los huéspedes también pueden disfrutar de los elementos nutritivos de la cultura tailandesa traídos aquí desde la tierra natal de Nan Dove: los beneficios curativos del spa Royal Baan Thai y los vibrantes sabores agridulces y salados de los festines tailandeses semanales (tan auténticos como los que se pueden encontrar en los mejores restaurantes de Bangkok).

Rollos de primavera y ensaladas de hierbas frescas, un masaje relajante, un paseo a galope por el campo… La vida aquí es buena para el cuerpo y para el alma.

ESCRITO POR: JOANNE SASVARI

@joannesasvari

De: North Vancouver

Joanne Sasvari ha viajado a muchos lugares del mundo, escribiendo sobre comida, bebidas y cultura, pero su destino favorito está aquí mismo, en la Columbia Británica. Vive en North Vancouver, escribe sobre Columbia Británica para diversas publicaciones impresas y en línea, y es también autora de la guía Frommer’s EasyGuide to Vancouver & Victoria. Cuando no está explorando los rincones más deliciosos de la provincia, se encuentra editando para la revista Westcoast Homes & Design y aprovecha su formación vinícola en Wine and Spirits Education Trust para saborear las mejores libaciones locales.