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Downtown Fernie

LOS PUEBLOS DE ESQUÍ MÁS “COOL” DE LA COLUMBIA BRITÁNICA

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Sobre el esquí al norte de la frontera, escrito por un estadounidense

Pasé los primeros 30 años de mi vida creyendo que la mejor manera de esquiar en la llamada “gran montaña” era entre el gentío de las colas para los lifts, los embotellamientos y la multitud de esquiadores que abarrotan las pistas de esquí en mi país. Por regla general, todo era un caos: largas esperas para casi todo y el anonimato total dentro de la muchedumbre que compite por el último trozo de pizza después de esquiar.

¿Y qué fue lo más irónico de todo? Que crecí en un lugar que está a media hora en auto de Canadá, y si hubiera hecho ese corto viaje para cruzar la frontera, hubiera tenido una experiencia totalmente diferente.

Nota: Este artículo (escrito originalmente en 2019) fue actualizado en octubre de 2021, específicamente para las circunstancias únicas de viaje en 2021. La información es precisa en el momento de la publicación; te recomendamos que te pongas en contacto directamente con los establecimientos para confirmar su disponibilidad y familiarizarte con sus políticas de COVID.

Resort Alpino de Fernie | Dave Heath

Hace dos años, por fin hice ese viaje por carretera a la Columbia Británica. En un auto lleno hasta el tope, cuatro personas llegamos a Fernie al anochecer y nos dirigimos directamente al restaurante bar The Brickhouse Bar and Grill, que es toda una institución local, y en menos de una hora, estábamos charlando ahí con un patrullero local, un miembro del consejo local y un par de propietarios de tiendas.

Fernie Alpine Resort es famoso por su nieve ligera y esponjosa que parece talco y por sus vastos terrenos. Cuenta con pistas enteras que serpentean entre cedros centenarios, grandes vistas sobre el valle del río de las Rocosas y una enorme pared de roca que sirve de fondo para las cinco cuencas, cada una con su nombre. Pero incluso esa descripción se queda corta. Lo que me fascinó fue algo más que el esquí de categoría mundial: la cultura relajada de este pueblo minero convertido en meca del esquí.

El resort de esquí se fundó en 1961 y sigue manteniendo una mentalidad de la vieja escuela: “mantente relajado y relájate más”. En Fernie, todo el mundo está allí para pasarla bien; a nadie le importa lo que lleves puesto o lo elegantes que sean tus esquís. Y aunque encontrarás servicios de primera clase, como lifts de alta velocidad y una gran gastronomía, todo ello lo tendrás en un ambiente sencillo, amistoso y relajado.

Esa misma actitud se vive fuera de las pistas de esquí, ya sea que estés surcando la nieve en una fat bike (bici de nieve), deslizando piedras de curling o patinando en una pista de hielo al aire libre. Después de la actividad, puedes seguir disfrutando del ambiente festivo durante el popular festival Griz Days.

Kicking Horse Mountain Resort | Reuben Krabbe

Justo al final de la carretera en Golden, encontrarás algo similar en Kicking Horse Mountain Resort: un cálido ambiente de comunidad con algunos de los mejores terrenos del mundo. La montaña está rodeada de picos escarpados y parques nacionales en casi todas las direcciones, así como cañones profundos con ríos caudalosos y barrancas de alta montaña en los que se celebra el evento de esquí Freeride World Tour. En la cultura de Golden, todo es a gran velocidad: todo en este poblado te hace sentir la adrenalina y termina con los brazos levantados en señal de victoria. Entre los eventos más conocidos se encuentra el desfile de máscaras Snow King Mask Parade en febrero, mientras que un retiro de yoga en la nieve y las excursiones guiadas en moto de nieve seguramente harán que tu sangre fluya de una manera totalmente nueva.

Fresh Tracks Cafe en las pendientes, Whitewater Ski Resort | Kari Medig

A pocas horas al oeste por la autopista Powder Highway, se encuentra Nelson, un pueblo para esquiar reconocido por ofrecer aventuras durante toda la temporada. Nelson está situado al borde del Lago Kootenay, y ahí encontrarás una mezcla ecléctica de artistas y artesanos, tiendas de moda y edificios históricos. Y está a solo 20 minutos del resort de esquí Whitewater Ski Resort.

Aquí, lo más importante es el esquí y la equitación, algo que los lugareños llaman “dominar lo que es único”. El resort de esquí trabaja estrechamente con varias empresas de heli-esquí y cat-esquí cercanas, incluyendo Summit Mountain Guides, Kootenay Mountain Guides, Big Red Cats, y Stellar Heli.

Además, Whitewater está enclavado en lo más profundo de las Montañas Selkirk y no tiene WiFi ni cobertura de teléfonos celulares, lo que significa que la gente suele hablar con desconocidos en las colas para los lifts, en los lifts o mientras come en el Fresh Tracks Cafe, donde preparan una comida casera que ha inspirado una serie de populares libros de cocina. Estas interacciones, que parecieran triviales, marcaron una gran diferencia durante mi visita, pues daban la sensación de estar en una cálida comunidad, tanto dentro como fuera de las pistas.

El centro de Rossland | Dave Heath

Al suroeste de Nelson, y justo al norte de la frontera entre Estados Unidos y Canadá, están el pueblo de Rossland y el resort de esquí RED Mountain Resort, los cuales se han convertido casi en sinónimos. Como muchos de los pueblos del centro-sur de la Columbia Británica, Rossland tiene una gran historia y el resort de esquí es una parte importante de ella. Fue fundado como un pueblo minero y a principios del siglo XX se convirtió en uno de los grandes destinos de esquí que aún no habían sido descubiertos, y ahí está RED, dirigido por un ávido grupo de esquiadores que trabajan duro y juegan aún más duro.

Por encima de todo, el mayor atractivo de Rossland es su estilo de vida. Los lugareños se preocupan mucho por el pueblo y el resort de esquí, y esto se puede apreciar durante el carnaval Rossland Winter Carnival. Este es uno de los carnavales de invierno más antiguos de Canadá, celebrado por primera vez en 1898. También es uno de los mejores momentos del año para descubrir por qué aquí “solo eres forastero una vez”.

Si los habitantes de Rossland son conocidos por algo más que por esquiar desde el primer lift hasta el último, es por sus aperitivos después de esquiar. Cuando visitamos RED, nuestra primera (y última) parada fue Rafters, el bar en la montaña. Está situado en el tercer piso de la cabaña de base y este es el punto de reunión; al entrar, me sentí inmediatamente como uno de los lugareños, gracias a una cálida bienvenida y a alguno que otro chiste de quienes trabajan ahí.

Ahí la gente compartía libremente sus secretos mejor guardados, y me enteré de que RED ofrece a los esquiadores y snowboarders avanzados la oportunidad de poner a prueba sus habilidades en una experiencia de un día completo de cat-esquí de 10 dólares por recorrido con Mt. Kirkup Cat Skiing. Ese es todo el incentivo que necesitábamos para subirnos en el cómodo interior de un vehículo para nieve “snowcat” Pisten Bully 200 que nos llevaría a la cima de Mt. Kirkup, donde nos dejaron descender en pistas con nieve que parece talco durante todo el día.

Si los habitantes de Rossland son conocidos por algo más que por esquiar desde el primer lift hasta el último, es por sus aperitivos después de esquiar. Cuando visitamos RED, nuestra primera (y última) parada fue Rafters, el bar en la montaña. Está situado en el tercer piso de la cabaña de base y este es el punto de reunión; al entrar, me sentí inmediatamente como uno de los lugareños, gracias a una cálida bienvenida y a alguno que otro chiste de quienes trabajan ahí.

Ahí la gente compartía libremente sus secretos mejor guardados, y me enteré de que RED ofrece a los esquiadores y snowboarders avanzados la oportunidad de poner a prueba sus habilidades en una experiencia de un día completo de cat-esquí de 10 dólares por recorrido con Mt. Kirkup Cat Skiing. Ese es todo el incentivo que necesitábamos para subirnos en el cómodo interior de un vehículo para nieve “snowcat” Pisten Bully 200 que nos llevaría a la cima de Mt. Kirkup, donde nos dejaron descender en pistas con nieve que parece talco durante todo el día.

Whistler Blackcomb | Blake Jorgenson

Mi exploración terminó más al oeste, en el resort de esquí más conocido de Norteamérica: Whistler Blackcomb. Whistler es reconocido por su asombroso tamaño (más de 200 pistas y más de 3,237 hectáreas, y ahí podrías esquiar durante semanas sin usar la misma línea. En total, el resort cuenta con 16 cuencas y tres glaciares y está abierto todo el año, con excepción de un breve periodo de descanso en otoño. Aunque su tamaño rivaliza con el de los resorts más grandes de Estados Unidos y Europa, lo más impresionante es que el pueblo sigue siendo pequeño y acogedor, a diferencia de muchos sitios comparables.

La pasión compartida por el esquí es el tejido que une a esta comunidad. Aventureros de todo el mundo vienen aquí a trabajar y a recrearse, por lo que hay un sentimiento de unión con un fuerte ambiente internacional. Y aunque Whistler no parezca un candidato obvio para la vida en un pueblo, sí es cómodo y relajado. En el transcurso de un día, yo reía con los lugareños mientras tomaba un café por la mañana, para luego intercambiar historias con un grupo totalmente nuevo esa misma noche.

Descubrimos que el área de la Villa es el mejor lugar para relacionarse con la gente, ya sea en galerías y restaurantes, o bien en un acogedor lugar para disfrutar de una presentación de música en vivo. Y aún hay mucho más para entretenerse: lanzamiento de hachas en Forged, trineos de bobsleigh y skeleton en Whistler Sliding Centre, excursiones en vehículos todo terreno y motonieves con Canadian Wilderness Adventures, y excursiones guiadas a campo traviesa y en helicóptero con Extremely Canadian.

Nuestra bienvenida en Whistler fue una sensación que ya se había vuelto familiar en uno de los mejores viajes por carretera de mi vida. Lo que nos atrajo fueron las montañas altas y los emocionantes descensos, pero lo que resultó ser aún mejor que la nieve profunda y las líneas empinadas fue la gente que conocimos por el camino. Sigo en contacto con ellos, y esos amigos me hacen volver a la Columbia Británica una y otra vez. Porque cuando te quedas en estos pueblos de montaña, eres mucho más que un portador de un pase de entrada. Eres parte de la comunidad.

Imagen del encabezado: El centro de Fernie en el ocaso | Dave Heath

 

 ESCRITO POR: ANDY COCHRANE

Andy Cochrane es un escritor, productor y fotógrafo independiente que vive de manera nómada en Tacoma con su perrita Bea. Pasa la mayor parte de su tiempo en el oeste de Estados Unidos, en busca de senderos para correr, montañas para esquiar y un buen ramen.